Diecinueve de mayo de dos mil veintidós
Jazmín Ra y Andrés Valenzuela
Jazmín Ra y Andrés Valenzuela
Soline : Para empezar, ¿podéis presentaros y decirme también en qué consiste la plataforma del Registro Contracultural?
Andrés : Bueno, por mi parte, Andrés Valenzuela, soy productor digital, carrera que estudié en el año 2018. Comencé a registrar a mi comunidad, la comunidad LGTBIQ+, mediante entrevistas, para investigar un poco sobre el tema de la visibilidad, sobre cómo es ser una persona visible siendo de esta comunidad en Chile. En este momento, el 2018, estaba súper fuerte el feminismo en la calle y también había muchas manifestaciones por una educación sexual integral, no sexista. Entonces este universo LGTBIQ+, también se sale a la calle a manifestarse y es ahí donde se cruza con la demanda feminista. Yo estaba ahí desde el lugar del registro y durante el 2018-2019 me dediqué principalmente a esto. Entonces fui acumulando muchas grabaciones en video. Y en septiembre del 2019, conversaba con una amiga, que es Antonia Di Marco, que la vas a entrevistar también, y ella es historiadora, entonces siempre me habló de la importancia de sistematizar este proceso de registrar, archivar y luego ponerlo a disposición para que la gente pueda acceder a ello. Entonces ya por ese tiempo se decidió que podía ser un sitio web. Además, dentro de lo que yo estudié también está la programación. Estudié sobre todo en sitios WordPress, entonces para mí era fácil implementar todo y estábamos en este proceso cuando llegó el estallido social. Yo vivo a una cuadra de la Alameda, que es la arteria de la calle principal de Santiago, donde ocurren las manifestaciones y también muy cerca de Plaza Dignidad, que es el lugar donde se concentró la mayoría de las demandas. Entonces, en ese contexto también, no me quedó otra opción que salir a la calle a seguir registrando, porque estaba ahí mismo, no podía hacer oídos sordos, estaba el ruido, las bombas, todo se escuchaba ahí, muy cerca. Y de alguna manera todos estos artistas con los que me estaba relacionando durante los años anteriores, que eran estos artistas que hacían arte en las manifestaciones sociales, en las marchas, vieron el momento justo para expresar su arte en la calle también. Entonces ahí rápidamente se crea. Se pone el nombre Registro Contracultural, se crea un logotipo y se lanza el sitio web. Básicamente en un comienzo era subir estos registros de video que yo estaba haciendo y los subíamos junto con texto que escribía Antonia di Marco, haciendo una pequeña reflexión. Y así es como nació el Registro Contracultural. ¿No sé si puedes contar tú cómo te relacionas con el proyecto Registro Contracultural? porque en el camino también nos conocimos.
Soline : Gracias a Aliwen Muñoz, que durante una entrevista me habló de esta plataforma. Creo que mi proyecto de tesis inicialmente era otra cosa. Y a partir del momento en que me interesé por la plataforma empecé a pensar que iba a poder centrarme en el vídeo, que para mí ya constituía una brecha, un tema interesante. ¿Por qué esa necesidad del vídeo en la performance, de repente, a partir de los 70? ¿Qué iba a aportar? ¿Cuál fue su evolución? ¿Cómo se usa el vídeo? Y a nivel político también… bueno, eso lo entendí gracias a un artículo de Jazmín, pues entendí que el registro de la performance también era político.
Jazmín : La plataforma me permitió a mí hacer proyectos hasta entonces y dar un conocimiento de hacer perfo y también de pensarla, porque yo mezclé mis dos carreras de psicología y las artes. Entonces, empezé a revisar también teóricas feministas, también de psicología social, de psicoanálisis, cultura y sociedad, también hacer una mixtura un poco de críticas y no siempre desde el psicoanálisis, pero eso te ayuda a entender ciertos textos. No sé tú, pero lo que yo había pensado, desde la postura más crítica y feminista, es que hay que ver los contextos de época, las reacciones de los artistas, porque, por ejemplo, el happening o el situacionismo… eso era político en su momento, porque en ese momento estábamos disolviendo un poco la cuestión del objeto, de la ganancia del objeto mismo museal, de galería. O sea, que hay una respuesta en este momento, situada en el contexto de los artistas, queriendo hacer arte de situaciones que son efímeras e incapturables, ¿cachái?
En este momento era político porque era necesario, era una política de las artes de liberarse de la idea del galerista, del mecenas, de quién te va a dar plata, entonces tu arte tiene que ser en relación con esta plata, etcétera. Me imaginaba algo así, pero acá en Chile, como tenemos un contexto de dictadura en ese momento, llega la vanguardia. Y en toda Latinoamérica había relatos similares, con este conflicto de estar descolonizados o tratando de descolonizarse. Siento que es un poco como… tal vez no estamos directamente colonizados. Estábamos en este relato, llega la vanguardia, y lo que se necesitaba aquí era un arte político para poder hablar, porque había censura, porque había desapariciones, había abuso. Entonces acá lo que nos queda del arte de los 70, por ejemplo, es el registro fotográfico. Y ese fragmento es lo que nos cuenta lo que estaba pasando cuando no se podía hablar. Entonces de ahí yo creo que ahora en este contexto actual, como lo que te contaba Andrés, estamos en un estallido y ahí hay mil cámaras, ¿cachai? Y con las 10.000 cámaras ya no pueden hacer el mismo efecto que el terror que paraliza de los 70, que era la doctrina del shock. La gente estaba embravecida, aunque te están matando igual, sacándote los ojos, haciéndote desaparecer, inventando que quemaste no sé qué, o quemando incluso. O sea, pasaron tantas cosas, pero siguió, siguió, siguió, siguió. Y el potencial político es que ahora a nosotros no nos importa tanto lo que se está haciendo o no, es bonito que sea efímero pero lo importante es que esto se convierta en una memoria social, porque a nosotros nos han privado siempre de la memoria. La memoria en Chile es súper fragmentada, la gente no se quiere acordar. (…). No es como, por ejemplo, no sé, por la historia de la Segunda Guerra Mundial, donde hay monumentos de reconocimiento de los derechos humanos. Acá todavía hay monumentos que ensalzan al dictador.
Andrés : En Chile es muy común escuchar que se comenta que Chile es un país sin memoria, como particularmente es un rasgo de nuestra sociedad. Si a eso le sumas la memoria histórica de las mujeres y de las disidencias sexuales, Chile ya no tiene memoria. Entonces la memoria de las disidencias sexuales es nula. Ante eso también se hacía importante este registro en video. Pero también lo que me decía Antonia Di Marco en ese momento es que estamos viviendo un momento que es full de los videos también, de la imagen de las redes sociales y el Instagram, que la imagen está en tu mano al scroll. Entonces pasan las imágenes muy rápido, tú ves, y es una contaminación visual. Entonces faltaba la necesidad de que alguien, de todas estas imágenes que se estaban generando en este universo de protesta, pudiese rescatar algunas cosas para guardarlas, cuidarlas y que en el futuro pudieran ser investigadas. Desde ahí nace la necesidad de este sitio web.
Soline : Hablabas del pasado colonial y de su herencia. ¿Cómo se nota en las performances a nivel discursivo y formal? Me estoy también preguntando si existe una performance con una identidad latinoamericana y en particular una identidad chilena.
Jazmín : Uno ha llegado a conclusiones que la performance habla de momentos situados en su contexto, como en general el arte. Pero en particular en la performance acá. Desde mi opinión personal, diría que sí, hay una identidad latinoamericana, incluso una identidad chilena, pero no es que haya una escuela, por ejemplo, de formación, sino que en el fondo hay una cuestión inconsciente colectiva de pertenencia, de existir aquí y de tener relatos similares, de normas social. Por ejemplo, con la disidencia que es una postura donde tú no tienes un relato cuadrado que seguir. Hay un montón de cosas que nos tocan y esas son las cosas que nos unen, lo que hace un tejido social que en el fondo, aunque haya una persona, por ejemplo en Argentina, haciendo una perfo, o en Bolivia o aquí mismo en Chile, pero en el sur, vamos a encontrar ciertos elementos similares, incluso vamos a encontrar elementos similares con la performance de los 70, ¿cachái? (…) Yo creo que por ahí va un poco la idea de que hay una identidad y que siento que es una identidad súper real, porque nadie te obliga a seguir ciertos parámetros, sino que más bien estamos leyendo cuáles son los parámetros que aparecen en la perfo. Por eso también es bueno que haya un archivo, que justamente es el proyecto que Andrés hace. Darnos cuenta de que existimos, de que tenemos esa pasión de mostrarnos. Por ahí también nos vamos encontrando.
Andrés : Eso, y la gracia de armar este archivo principalmente con video, porque es la herramienta más completa que teníamos a la mano para poder hacer registro de lo que estaba pasando, pero también no centrarse sólo en el video, sino que también poder archivar estos textos que reflexionan. Muchas veces los artistas mismos escriben sus propios textos. Si hay apartados de noticias, por ejemplo, notas de prensa, también se agregan la fotografía, como la performance. Bueno, eso es algo básico. Cuando uno empieza a investigar performance, que es un arte efímero, que no se repite, que ocurre sólo en ese momento situado con una temperatura ambiente, etc. Entonces tenemos claro que no la podemos archivar, pero sí podemos archivar trazas, podemos archivar aspectos que después en el futuro se pueden investigar.
Soline : Muchas Gracias. En tu artículo también hablabas de la desnudez. A mí me apareció como una característica recurrente, una tendencia en las performances. ¿Tienes una ida de la razón?
Andrés : Con respecto a la desnudez, pienso que está esta situación que dice Jazmín, que el cuerpo es algo que compartimos todos. Entonces el artista puede conectar con otras personas o puede escandalizar a otras personas. Por eso se usan los fluidos como la saliva, la orina, etcétera, porque también es una forma de conectar directamente con nuestro lado animal, también con lo que somos más básicos. Y, por otro lado, la desnudez, al menos en Chile, se hace súper recurrente, porque en Chile hay un tema con el cuerpo, también con la desnudez. Durante el estallido social, una de las primeras performances fue una de DESperformances que son muchos cuerpos desnudos en este sitio que es Plaza Dignidad, y me la pidieron un grupo de chilenas que estaban haciendo una exposición en Francia y cuando la vieron me decían es que no podemos mostrar esto. Esto acá es muy normal, que no va a hacer tanto escándalo. Además, como decía Jazmín, que cuando se vive la vanguardia en el mundo, en Chile estábamos en dictadura, nos saltamos eso, entonces no vivimos la real liberación y el destape sexual de los sesenta, por ejemplo. Todo eso no pasó acá. Y de hecho tenemos varias performances muy clásicas en Chile que tienen que ver con eso. En algún momento, en los 90, existía la Bibi Vamp, que es una chica que podía ser menor de edad, pero parece que era mayor de edad y caminaba desnuda por la calle con una mochila y que hizo mucho, mucho ruido en todos lados. También existe la performance clásica de Patricia Rivadeneira, que fue crucificada. Y en los 80 también fue como portada de diarios. Vino un fotógrafo, Spencer Tunick y llegó mucha gente, más de la que la convocatoria esperaba. Entonces se les fue de las manos la situación de toda la gente que había desnuda en la calle. Hay un tema que en Latinoamérica y en Chile está muy presente que es la Iglesia, el tema de la culpa, el pudor. Entonces por eso se hace tan relevante siempre recurrir al desnudo.
Soline : Entonces hubo censura, ¿no? ¿Cuál es el grado de censura? Y también cuando grabas videos, ¿no pueden censurarlos?, ¿cómo funciona?
Andrés : Sí, la censura corre de distintas maneras. Mi pregunta es si se puede censurar esos videos muchas veces. Sabemos que no se puede mostrar absolutamente nada de desnudo en Instagram, por ejemplo, y a veces lo hacemos cuando queremos difundir algo. También esa era la gracia de tener este sitio web. Podemos subir el contenido que queramos y sin necesidad de censurarlo porque lo subimos directamente en el servidor web. Entonces no está en una plataforma como YouTube, Vimeo, porque de hecho al comienzo del proyecto estaba completamente alojado en Vimeo. Pero duró unos meses y nos censuraron, obviamente, porque también había mucho de desnudo, muchas prácticas sexuales, transexuales. Sí ha habido mucha censura. También durante el estallido hubo censura, amenazas del gobierno incluso. De hecho, en la web puedes ver ahí una acción que se llama «Limpia», que ocurrió frente a un cine, que era el cine donde se mostraba siempre las expresiones de la contracultura. Antes del estallido social estaban en ese cine. Y durante el estallido social este cine funcionaba como sede para que estuvieran las personas que asistían en primeros auxilios a los manifestantes. Y durante estas manifestaciones los carabineros lanzaron una bomba lacrimógena al cine y el cine se incendió completamente y se perdió… pérdida total. Entonces, creo que un mes después un grupo de artistas fueron a limpiar la calle, a barrerla, a limpiarla con agua, con trapos. Y durante esta acción una artista tomó la bandera chilena y la usó para limpiar el piso. Entonces esta foto se viralizó por redes sociales y luego en el diario, en las noticias oficiales, apareció que el gobierno estaba amenazando con una contra esta artista por haber usado un símbolo patrio de mala manera, porque acá en Chile es ilegal usar la bandera chilena, es ilegal usar el himno nacional. Entonces, en ese momento el artista me pidió si por favor podía censurar el video, no eliminarlo, pero sí ponerle algo negro que decía censurado. Y luego de un par de años, la demanda del Estado no quedó. No pasó nada. Fue solamente como un gesto de meter miedo a los artistas para que no siguieran manifestándose. Y no le pasó nada a la artista. Me dijo hace unos meses ¿puedes liberar el video de nuevo? Ya no tengo miedo, no va a pasar nada. Hagámoslo público, da lo mismo. Aparte que ya cambiamos de gobierno, todo eso ya quedó en el pasado y situaciones así ocurren todo el tiempo. También ocurrió alguna vez con la Yeguada Latinoamericana. Robaron imágenes de nosotros, de internet, y pusieron los cuerpos y rostros de las chicas en un juego de video que en el juego tú podías dispararles y matarlas. No sé si tú quieres decir algo con respecto a la censura, pero siento que la censura está todo el tiempo presente detrás de nosotres.
Jazmín : Claro que sí, pero siguiendo una misma línea, pensaba también que a veces se roban los video. A veces hay que autocensurarse, por ejemplo, en algo más personal, confieso que muchas veces tengo temor de que cualquier cosa se haga en mi contra. (…) Y claro, pero está esta amenaza de que te pueden poner una querella. Andrés me decía oye, tú usaste la bandera, pero uso la capucha en el momento de la perfo. No andaba en el rollo de la capucha feminista entonces usada, pero como había problemas… Había una entrevista, rostro descubierto, y también decimos pues nos la pongamos ahora por si acaso. Al final uno llega incluso a auto resguardarse, o autocensurarse un poco, también pasa muy desde lo personal, pero uno también tiene que tener autocuidado.
(…) Realmente los artistas tuvimos miedo, nos cuestionamos, dejamos un poco de hacer ciertas cosas.
Soline : ¿Cómo se pudo hacer performance y videos durante el confinamiento, cuando no se podía salir a la calle?
Jazmin : Por streaming, por ejemplo, acciones para la webcam. Se mostraba el espacio íntimo, tenías que hacer performances en tu casa, en el fondo, y con … no sé, tus hijos o con tus compas. Estar en encierro, yo creo que igual permite un poco mostrar lo personal como espacio de lucha política en el sentido en que estoy resistiendo, porque de hecho nos costó.
Andrés : Sí, siento que para este grupo de artistas que estábamos en la calle durante el estallido social era como una … no sé si una fiesta, porque igual a veces daba miedo la violencia, pero si era como una fiesta en el sentido en que podíamos hacer lo que queríamos en la calle y además había complicidad con las personas que estaban en la calle manifestándose. Había una conexión entre el pueblo que era muy rica. Entonces estábamos viviendo esto con mucho fervor y de repente llega la pandemia a cortar todo esto de una, en seco. Entonces también personalmente el cuerpo se descolocó y me pedía seguir saliendo a la calle y seguir registrando arte y no podía. Entonces obligadamente empecé a pedirle a mi compañero a hacer cosas con mi gato, como decía Jazmín, a indagar en lo íntimo, porque claro, yo tenía dos años constantemente registrando y trabajando con arte y de repente no tener a estos sujetos para poder registrar sí o sí. Tuve que ponerme frente al lente. Y esto derivó también en conversaciones con otras amigas como el Festival de Arte Erótico e hicimos una convocatoria a la que hacía referencia a Jazmín, que se llama Bitácoras de cuerpo en aislamiento, que duró 24 semanas, creo, o 23. Y fue un espacio también de contención, como un club de personas que botaban lo que estaban sintiendo. Emociones de pandemia más el estallido social mediante imágenes, poemas, video. Se aceptaba cualquier formato. Y ahí quedó ese material también, como ese testimonio del primer encierro, que fueron varios meses. Y claro, obviamente el video se hizo más protagonista. Podía ser posible esto de hacer performance por Zoom, performance para una audiencia que está conectada a una plataforma por cámara que igual al principio me costó mucho, yo decía eso no es performance, porque la performance tiene que ser en vivo o presencial. Pero claro, después uno entiende que va cambiando la vida, va cambiando la tecnología, y se puede. O sea , la performance tiene esto que no está completamente delimitado, sino que puede ir mutando y puede ir enriqueciéndose con todo lo que vamos avanzando en tecnología, en técnica, en distintas cosas.
Para mí también fue una gran oportunidad empezar a experimentar un poco personalmente con la performance, porque de alguna manera me ayudó a entender mejor la misma performance y a entender mejor como registrar la performance, con estas interacciones personales.
La Antonia D’Marco de alguna vez también me dijo cuando me empezó a enseñar esto, que mientras uno más investigaba este tema, más ganas te daban de hacerlo en algún momento. ¿Porque? Porque todos tenemos algo que decir, además que la unidad mínima para trabajar es tu propio cuerpo, entonces dan ganas de indagar en qué es lo que yo tengo que decir también.
Soline : Para ti, el proyecto de bitácora debía ser audiovisual necesariamente. Considerando que se trata de tu proyecto más personal, me pregunto cuál es tu relación con la cámara y la actividad de grabar. ¿Podrías comentar el logotipo del Registro?
Andrés : Sí, bueno, mi relación con la cámara siento que siempre existió. Apenas existía esa tecnología en mi vida la usé. Y desde chico a mi alrededor, familia, sociedad, había mucha violencia y eso me afectaba mucho a mí personalmente. Entonces hizo que yo fuera una persona muy introvertida, entonces siempre observaba mucho y así es como entendía las cosas, observando en silencio. Entonces de alguna manera fue cómodo ese lugar también como detrás de la cámara, porque no tenía que estar yo expuesto, también porque eso me pasaba, no me gustaba estar expuesto. Entonces. Claro, siempre sentí que yo estaba registrando por los ojos. De hecho, el logo de registro contracultural es una flecha que te entra por el ojo. Es por eso, porque también sentía que por el ojo, por las imágenes que estaba mostrando, de alguna manera podíamos llegar a la mente de las personas y hacer algo de ruido si podíamos cambiar algo bacán. Pero siempre que hay algo hay mucha potencia en la imagen, más si es imagen en movimiento, que es video. Y también siento que soy un poco voyerista. Tal vez como que mi pulsión instintiva está ahí también. De hecho, cuando estoy grabando algo lo disfruto plenamente, siento adrenalina, me pasan cosas corporales también, como siento que puedo conectar con esa performance, esa obra que está ocurriendo frente a mis ojos y siento que es importante el rol de la cámara, porque de alguna manera es el acceso que van a tener las personas en el futuro a esta obra que no se va a repetir.
Soline : ¿Consideras que haces parte de la performance cuando grabas? Una de mis reflexiones era un poco considerar los registros que estaban en la plataforma como nuevas formas de performance, porque de hecho con la cámara le das otro enfoque y también con todo el proceso de contextualización, el montaje, la edición.
Andrés : Si pongo la mirada en algo que no es el centro de la acción, la acción no se va a entender. Entonces siempre hay un desafío en poder rápidamente leer lo que está pasando frente a mis ojos y ver dónde poner el lente para que se capte la esencia de lo que está pasando. Sí, siento que como te decía que el video no es la performance y siento que no sé si soy, si de alguna manera soy parte de esa performance, pero siento que el hecho de estar ahí grabando es otra performance aparte, como que alguna vez alguien me dijo como esto que tu hiciste Andrés de ir sin permiso, ir a meterte a la calle, grabar, ir a un festival y grabar, porque al principio era así, yo no pedía permiso, ahora ya somos amigos de todos y me invitan, pero al principio fue una decisión personal de que yo quiero ir y introducirme ahí y grabar y alguien me dijo que eso era performático. Va a haber tomada la decisión de armar este proyecto que es registro contracultural, sin ser artista, sin ser como del circuito de de clásico de la performance en Chile. Fue una decisión muy performática, como naturalmente también.
Soline : Hay fronteras muy delgadas, de vez en cuando, entre las performances grabadas y los videoperformances. Y entonces Jazmín, en tus performances no sé si utilizas realmente el video o si sólo es un medio de registro para ti.
Jazmín : Yo creo que depende en realidad. Pero últimamente lo que me pasa, es que incluso como que me grabo a mí misma. Edito yo, escribo y encima pongo el subtítulo. Yo ya sé hacer todo porque como somos artistas precarizados en verdad, entre más sepas mejor. Y para mí, como artista de performance es muy importante que haya un artista que sepa mirar, porque hay veces que te hacen registros que pierden toda la intensidad. El registro de performance y el registro de la performance tiene que ser desde un artista que ojalá sepa mirar la performance también. Sí, porque en el fondo, en ese sentido, yo siento que es súper importante. Igual no hay tanta gente que se diga esto, porque es un tema conflictivo de quién es la obra, de quién es el fotógrafo o de quiénes la vida está en el fondo. Por eso yo creo que también los artistas se reciben bien cuando llegan a grabar y después entregan el material. O hay una entrega que hace la mirada pública, porque, por ejemplo, llegaba de un evento y había cámaras, y tú no tenías nada, pues como que no hubiese habido ni un registro y te pedían tu contacto y no te mandaban. Entonces debe haber montones de archivos guardados en discos duros de cosas que ocurrieron y era muy difícil que alguien te devolviera. Entonces uno siempre tenía que andar con su cámara y con el amigo que apañe. (…)
Soline : En cuanto al tema de la precariedad, seguramente en algunas partes la gente no tiene acceso a las plataformas internet que albergan las performances. No sé si la censura iría hasta prohibir el acceso, pero supongo que todos los chilenos no tienen acceso a internet.
Andrés : De hecho en Chile hay muchas personas que no tienen acceso a las condiciones básicas para poder estudiar y tener acceso a internet. Además, que Chile es un país muy largo, entonces no está tan conectado todo y hay una gran carencia en ese sentido. Entonces claro que tampoco es el medio virtual como lo más democrático y para llegar a todas las personas. Pero sí me pasaba cuando empecé a hacer registro de esta performance que yo iba a eventos y era todo muy, muy alternativo, muy exclusivo para un grupo de personas. Entonces sucedía que yo veía algo que era muy potente, muy importante en un festival de arte y lo veían 30 personas. Entonces yo decía cómo no lo va a ver más gente que estas 30 personas que estuvieron aquí presentes. Y de ahí nace un poco también esta necesidad de registrar y mostrar, porque también para mí era súper importante rápidamente ponerlo a disposición para que la gente pudiera compartirlo, sobre todo el artista. Primero en mandarle su video, mandarle su foto y creo que eso marcó la diferencia y por eso tan rápidamente se popularizó el proyecto y porque como decía Jazmín, como había muchas cámaras, pero nadie realmente como involucrándose con el artista, compartiendo como haciendo compañerismo. Entonces creo que eso marcó la diferencia, como un registro contracultural que se empezó a transformar como una comunidad. De hecho, una de las primeras tareas cuando llegó Anastasia María Benavente que es otra colaboradora, me dijo tenemos que hacer un focus group, preguntarle a los artistas qué es lo que necesitan, de qué manera podemos ayudarles. Y ahí es como nacieron estas cosas, el archivo, y que fuera ordenado, que tuviera una estructura. Lo otro que también pasó al principio es que nos topamos con que en el mundo o en lo clásico de la gente que investiga performance como el Instituto Hemisférico de Performance, proponen que la performance registra, como se registra el teatro, como una cámara neutra que se pone de frente a la obra y que está puesta en un trípode como la foto. Así se registra teatro. De hecho, cuando uno postula una obra de teatro, un festival, tienes que mandar un registro que no tenga interpretación. Y yo rápidamente al ver esto dije como no, el proyecto Registro Contracultural no va a ser así, esto es demasiado aburrido. Como no hay un desafío para mí tampoco. Cuando uno está editando y está poniendo el ojo, uno también está diciendo algo. Uno elige que va a ir a grabar qué evento uno hace como una selección curatorial.
Soline : Por eso también os quería decir que, para la investigación, la plataforma del Registro Contracultural es un tesoro. Se nota que hay un enorme trabajo por parte de todos los artistas y también de gestión de la plataforma.
Andrés : ¡Qué bueno que te sirvió! Qué alegría escuchar eso, porque era la primera misión del proyecto, que algún día pudiese ser útil. No sabíamos cuándo, pero sucedió mucho más rápido de lo que esperamos. Como que ya hemos participado de otras investigaciones. Sí, me da la impresión de que hacemos más ruido afuera que acá en Chile.
Pero está bien. También es parte de los procesos, como acá en Chile también siempre se usa esa frase como de que uno no es profeta en su tierra, porque acá también existe una cultura, como decimos acá en Chile, chaqueteo, que es como cuando tú estás haciendo algo muy bien y te estás destacando, las personas tienden a echar para abajo tu trabajo con comentarios que no te haría en persona, los hacen pa tus espaldas... Esto es como el chaqueteo.
Bueno mencionar también que, claro, si bien en un comienzo esta plataforma se gesta por mis registros personales más otros textos, hoy día la plataforma ya es un poco más una comunidad o un espacio donde los artistas que son amigos de la plataforma pueden mandar sus propios registros, donde otras personas que hacen fotografía y video también. Se han unido al equipo, entonces también ahora estamos constantemente tratando de eso, de que sea lo más abierto posible, de dar oportunidades. De hecho, el año pasado comenzaron a enviarnos trabajos a alumnos de arte recién egresados de artes visuales, porque ya sienten que podemos validar su trabajo. Siento que no somos nada, no somos una institución, no tenemos una inscripción legal como empresa, nada. Somos una. Nos mueve la amistad y las ganas de que salga esto bien, nada más. Como no hay nada legal en esto, pero nos han llegado solicitudes para hacer práctica profesional con nosotros, como se ha validado sin ser como un medio oficial, y eso también nos tiene súper felices.
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